30.10.06

Cartelera Otoñal: lo raro, el futuro y Scorsese

Otoño no trae de momento, para decepción de los románticos, nubes, bosques amarillentos ni cambio de ropa, pero consuela con una cartelera a la que casi no se puede dar abasto (a los que les sobren tiempo y sobre todo dinero, enhorabuena; yo en cambio tengo que recurrir a sesiones 2x1, esto es, pago y veo una película y acto seguido me cuelo en otra, haciendo uso de mi ¿gran talento? para el disimulo y despiste del personal; ilegal, pero…¿acaso no es el cine para los rebeldes?)
Pequeña Miss Sunshine es una de esas pocas comedias pero cada vez más de moda (en la línea de Los Tenenbaum, por ejemplo) sobre una familia norteamericana desquiciada con la que se contraataca a la repelente familia norteamericana feliz. Personajes: abuelo cocainómano, adolescente que ha decidido no hablar y sólo lee a Nietzsche, padre fracasado obsesionado con el éxito, y niña barrigona decidida a ganar un concurso de belleza infantil lleno de niñas-esperpento que juegan a ser adultas top models. Género: una road movie con toques de humor negro y un guión lúcido en el que pierde la insensatez de la realidad tópica de pastel de cumpleaños y gana la humanidad de lo raro y problemático, tan cercano al fin y al cabo.
Hijos de los hombres plantea una idea perversa: un futuro en el que las mujeres no pueden concebir, y en el que el ser humano vivo más joven cuenta con 18 años. Londres, una de las pocas ciudades que aún funcionan, está asolada por el terrorismo, y en medio de un caos estremecedor aparece una llave a la esperanza, una mujer inmigrante embarazada de ocho meses. Las posibilidades que este hallazgo plantea son claras, la redención puede estar a un paso, pero en este contexto la semilla para una nueva humanidad es también un instrumento de poder deseable que puede desbaratar el milagro…La película de Alfonso Cuarón es verosímil gracias a una puesta en escena que no recuerda a la ciencia ficción y el futurismo, sino a cualquier guerra contemporánea y a conflictos que hoy por hoy ocupan los periódicos, con lo que consigue una capacidad de sugestión y concienciación en el espectador muy poderosa.
Infiltrados es el gran estreno de la temporada (la vuelta de Scorsese siempre es un acontecimiento para la prensa, y esta vez ha coincidido con la vuelta de otro neoyorquino célebre, Woody Allen, con lo que se suceden los reportajes Scorsese-Allen) Lo mejor es su ritmo rápido y magistral, una dirección que continúa revalidando la celebridad de quien la firma, aunque Infiltrados se acerque más a una película entretenida que a una obra maestra como Casino. Un inteligente juego de espejos e identidades entre dos mundos que tan bien casan en el cine, la mafia (Nicholson simplemente tiene que aparecer en plano para resultar brillante, en éste y en cualquier otro título) y la policía.